Solo quedan cuatro rusos en la sala. Hablan de Justin Bieber. Su nombre es lo único que consigo distinguir en la madeja de los fonemas eslavos. Apenas sé quién es, pero distingo su nombre. Me gustaría ser incapaz de escuchar
Justin Bieber como quien es incapaz de ver el azul. El álbum
Believe, dice hoy el
Correo, es su consolidación artística.